Es posible que muchos individuos queden detenidos en esta fase intermedia de la formación del superyó y jamás puedan alcanzar del todo la internalización del proceso. A través de la autopercepción de la propia culpa mantiénense, pues, singularmente agresivos contra el mundo externo. En tales casos, el superyó ostenta tanta intransigencia frente al mundo exterior como para con el propio yo en el proceso de la melancolía. Tales inhibiciones en la formación del superyó acaso correspondan asimismo a una iniciación abortada en la formación de estados melancólicos.
Así como, por un lado, la "identificación con el agresor" corresponde a una fase preliminar en el desarrollo del superyó, por otro parece constituir una fase intermedia en el desarrollo de los estados paranoicos. El uso de la identificación establece la afinidad con las primeras y el mecanismo de proyección la relación con el segundo grupo de fenómenos (...).
La esencial combinación de introyección y proyección, a la que hemos designado como identificación con el agresor, pertenece a la vida normal sólo en tanto el yo se sirva de ella en sus conflictos con las autoridades, es decir, en sus esfuerzos por enfrentarse con los objetos de angustia. Esta misma defensa pierde su aspecto inofensivo y toma carácter patológico si se la transfiere a la vida amorosa. Cuando un marido desplaza sobre su mujer sus personales impulsos a la infidelidad y le hace violentas recriminaciones por su falta de lealtad, introyecta los reproches de la esposa y proyecta un elemento del propio ello. Mas su intención no es la de escudarse contra una intervención agresiva del mundo exterior: busca protección contra la ruptura de la fijación libidinal positiva a la compañera, causada por perturbaciones internas. Según esto el resultado es diferente. En lugar de la actitud agresiva contra un antiguo agresor del mundo exterior, un [paciente] de este tipo adquirirá una fijación en su compañera sexual, que toma la forma de celos proyectados.»
Freud, Anna (s.f.). El yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Páginas 131 - 133.