«En todos los sueños de adultos intervienen estos dos factores: pensamientos latentes y deseos inconscientes. Según Freud, el sueño es siempre la satisfacción (deformada) alucinatoria de un deseo inconsciente (reprimido), a través de los pensamientos latentes. Uno de estos dos factores es incapaz por sí solo de constituir un sueño; el deseo inconsciente, porque necesita una representación en que manifestarse; los pensamientos latentes, porque necesitan la energía del deseo inconsciente.»
Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 63, 64.
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