Los primeros objetos del ser humano se forman por introyección, así como el yo y el superyó. Según Melanie Klein, los objetos introyectados nunca son fieles a los objetos externos, más bien están deformados por la proyección. Lo que no queda claro es cuál es el criterio para que los objetos introyectados pasen a formar parte del yo o del superyó.
Referencia
Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 118.
Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495
diego.fernandezc@pucp.edu.pe
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