«La educación infantil, generalmente impartida por los padres, obliga al niño a reprimir parte de sus tendencias instintivas. Independizado de sus padres, el individuo ya mayor sigue conduciéndose en forma análoga a un niño, porque en su conciencia moral tiene internalizados los mandatos y prohibiciones de los padres, o sea que, en cierto modo, en su conciencia moral el individuo tiene internalizado (sic) a sus padres, aunque no tal como ellos realmente eran, sino como él los comprendió.»
Garma, Ángel (1974). Génesis psicosomática y tratamiento de las úlceras gástricas y duodenales. Barcelona, España: Paidos. Página 78.
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