Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

29 ene 2015

Psicoanálisis de los sueños 29: la pantalla del sueño y el fenómeno de Isakower

 
«En varios artículos interesantes, profundos e ingeniosos, Bertram D. Lewin describió "la pantalla del sueño". Es la superficie que forma el fondo vacío, en blanco, del sueño y que generalmente no es percibida. En los sueños corrientes sobre ella aparece visible el contenido onírico manifiesto.

Como demostró Lewin, la pantalla del sueño  representa el pecho materno. Pero un pecho aplanado, tal como lo percibe, por su cercanía con él, el niño que se amamanta. La pantalla del sueño tiene el significado inconsciente de la satisfacción de los deseos de comer y de dormir en el pecho materno. (También el deseo de ser comido por el pecho).


Lewin se dio cuenta de la existencia de la pantalla del sueño en el sueño de una de sus psicoanalizadas: "Estaba dispuesta a contarle mi sueño, pero, al estar echada aquí, el sueño se dio vuelta y desapareció, como dos vasos rodando". Según Isakower, masas grandes que se aproximan en sueños representan a los pechos; por la cercanía de la visión, al irse acercando su superficie se aplana. En el sueño citado ocurría lo contrario: al alejarse tomaban la forma convexa. Es decir, que el sueño de la paciente parecía estar proyectado en la superficie que parecía aplanada del pecho.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 141.

24 ene 2015

Psicoanálisis de los sueños 28: algunos trastornos del juicio de realidad según la teoría presentada

«Resumiendo: apoyándonos en la teoría aquí desarrollada, podemos representar rápidamente la génesis de algunos trastornos importantes del juicio de realidad, del siguiente modo» (Garma utilizará el término "cargas" para referirse a las "cargas libidinosas que originan la percepción"):


Cese de la percepción de la realidad exterior

- Cargas demasiado débiles => No hay percepción
- Contracargas demasiado intensas => Alucinaciones negativas de la psicosis


Percepción de lo interior considerada como de origen exterior

- Cargas demasiado intensas => Alucinaciones de las neurosis traumáticas
- Contracargas demasiado débiles => Alucinaciones del sueño


Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 138 - 140.

17 ene 2015

Psicoanálisis de los sueños 27: cómo ocurre la pérdida del juicio de realidad en los sueños

«(...) obedeciendo a su deseo de dormir, el yo disminuye (...) la intensidad de sus contracargas, opuestas al libre paso a la consciencia de los contenidos anímicos rechazados. (...) Ahora bien, (...) una cierta capacidad positiva de rechazo de los contenidos anímicos por las contracargas  del yo es justamente lo que origina el juicio de no ser de origen exterior lo percibido. (...) se comprenderá claramente que, al disminuir por el dormir la intensidad de las contracargas del yo, los contenidos anímicos rechazados durante la vigilia (...) actuarán más enérgicamente (...) sobre el sistema consciente (...). En consecuencia, cuando dichos contenidos anímicos lleguen a la consciencia, formando el contenido del sueño, deberán producir en el yo debilitado un juicio de realidad que les atribuye un origen exterior, justamente por la actuación más potente de sus cargas relativamente superiores a las contracargas debilitadas que no los pueden rechazar.

(...) he desarrollado la teoría de que las alucinaciones oníricas son debidas a que el conjunto (...) formado por los restos diurnos y los deseos reprimidos latentes, no puede ser elaborado normalmente por el yo, creándose con ello una situación traumática. Constituiría algo así como una situación traumática en miniatura. Análogamente a lo que sucede en las neurosis traumáticas, tal situación sería la causa de que dicho conjunto tome un aspecto alucinatorio, en vez de presentarse a la consciencia en forma de pensamientos ordinarios.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 136.

9 ene 2015

Psicoanálisis de los sueños 26: carácter traumático de las vivencias infantiles

«(...) Aunque no tan intensamente, lo mismo que con el nacimiento debe ocurrir con muchos de los estímulos que el niño pequeño recibe de la realidad exterior, en el curso de su primer desarrollo. Como yo, sobre este hecho ha llamado también la atención Th. Reik, al escribir lo siguiente: "El niño parece estar más dispuesto que nadie para recibir impresiones nuevas. Un psicólogo francés ha hablado del cerveau de cire del niño y del hombre primitivo. Esta asombrosa capacidad puede adquirir el carácter de avidez de sensaciones. El niño es novarum rerum cupidus. Su alegría en la recepción se enfrenta con un yo débil, que incapaz de solucionar tantas impresiones, las debe dejar para su elaboración ulterior. Las vivencias infantiles son elaboradas posteriormente, no porque sean demasiado intensas, sino porque su elaboración es demasiado difícil para el yo débil. En este sentido hay que decir que no sólo ciertos sucesos sino todo el conjunto de vivencias infantiles tiene un carácter traumático". O sea, que durante la infancia los estímulos provenientes del exterior no pueden ser rehuidos por el yo, obligado a someterse traumáticamente a ellos. Por lo tanto, la capacidad de rechazo de lo exterior no puede constituir una base positiva en la formación del juicio de realidad. De ocurrir algo, tiene que ser lo contrario a lo primitivamente supuesto o sea que el yo acepta como exterior aquello que no puede evitar.

Resumiendo, y sacando una conclusión de estos últimos datos, se llega a lo siguiente: en la edad en que se va formando su juicio de realidad, el examen de las posibilidades de reacción del niño frente al mundo exterior apoya la teoría que hace depender dicho juicio de la menor capacidad de rechazo, por el yo, de las percepciones de origen exterior que de las de origen interno.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 135.