Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

25 jul 2016

Importancia de la posición depresiva

«La vida psíquica se organiza, tanto en su evolución como en su funcionamiento, en torno a dos posiciones fundamentales: esquizo-paranoide y depresiva. La posición depresiva es para Klein el punto crucial del desarrollo. Establece las bases para el equilibrio psíquico y el control de las ansiedades psicóticas.»

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 95.

22 jul 2016

La angustia: motor del desarrollo psíquico y origen de toda psicopatología

Para Melanie Klein, la agresividad es el origen de la angustia, y ambas existen desde el comienzo de la vida. En particular, la angustia es el motor que hace posible el desarrollo psíquico, así como también es el origen de toda psicopatología.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 94.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

21 jul 2016

Origen de los conceptos planteados en la obra de Melanie Klein

Melanie Klein empezó haciendo análisis con niños, introdujo la técnica del juego e insistió en la necesidad de que a los niños había que analizarlos de forma análoga a como se haría en el análisis de adultos, es decir, absteniéndose de medidas educativas o de apoyo.

Fue así que Klein pudo observar que los niños también desarrollan neurosis de transferencia, lo que, a su vez le permitió definir conceptos como complejo de Edipo temprano, superyó temprano, mecanismos de defensa primitivos o relación de objeto.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 94.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

20 jul 2016

El punto de partida de la obra de Melanie Klein


La obra de Melanie Klein se desarrolló entre 1919 y 1960, año de su muerte. El punto de partida para el desarrollo de sus ideas siempre es el tratamiento psicoanalítico, particularmente, la sesión psicoanalítica, así como el punto de partida de Freud fueron los modelos científicos de la época, o el punto de partida de Lacan fue la filosofía de Hegel, la lingüística de Seassure y la antropología estructura. Es por esto que sus escritos pueden parecer tan confusos o incluso contradictorios. Y es que la principal preocupación en la obra de Klein no es la coherencia teórica, sino la vivencia de los pacientes, y esto va de la mano con una de las principales hipótesis kleinianas: que el psiquismo se origina en el vínculo intersubjetivo, cuya inauguración se encuentra en la relación madre - bebé.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 93, 94.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

19 jul 2016

Síndrome de Asperger y esquizofrenia


Pilar Martin Borreguero (2004) recuerda, en primer lugar, que no existe un continuo entre la esquizofrenia y el autismo, como se pensaba anteriormente. De hecho, recalca, la incidencia de la esquizofrenia en personas con el síndrome de Asperger no es más alta que en la población normal.
La autora recuerda también que es infrecuente, aunque no imposible, que la esquizofrenia se inicie en la niñez. De ser así, generalmente, dicho inicio se da a partir de los 9 años.

Hay una similitud superficial en las manifestaciones de ambos trastornos. Así, los monólogos de las personas con síndrome de Asperger pueden parecer incoherentes o desorganizados, como el lenguaje de las personas con esquizofrenia. Aquí habría que recordar que esta impresión procedería del déficit en la comunicación pragmática (o uso social del lenguaje) y no de un trastorno del pensamiento, como se daría en el caso de la esquizofrenia.

Asimismo, la falta de expresión emocional y el afecto aplanado, en el caso del síndrome de Asperger, se originan en la incapacidad para comprender y usar las pautas de comunicación no verbal. Las personas con síndrome de Asperger también pueden hablar solas, adoptar personalidades imaginarias o escenificar episodios previamente aprendidos, por ejemplo de vídeos. Esto podría confundirse con alucinaciones o delirios, propios de la esquizofrenia. Se puede dar otra fuente de confusión en situaciones de estrés intenso: el individuo con síndrome de Asperger puede experimentar ideas de referencia.

Finalmente, puede llevar a confusión la tendencia de las personas con síndrome de Asperger a interpretar literalmente los mensajes. Por ejemplo, si se le pregunta si oye voces cuando no hay personas presentes, podría responder que sí, refiriéndose a las voces de las personas que están en otras habitaciones o en la calle.

Referencia

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Páginas 148 - 150.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

18 jul 2016

Síndrome de Asperger y trastorno obsesivo compulsivo


«Aunque el trastorno obsesivo compulsivo puede manifestarse asociado al síndrome de Asperger, ambos trastornos son condiciones clínicas claramente independientes y pueden diferenciarse fácilmente (...). En primer lugar, la manifestación inicial del trastorno obsesivo compulsivo acontece en una etapa posterior a la expresión inicial del síndrome de Asperger. En segundo lugar, el niño o adulto afectado con el síndrome de Asperger no experimentan sus obsesiones como irrazonables o como una fuente de angustia, sino que se entregan a ellas con entusiasmo al obtener placer y disfrutar de su realización. En tercer lugar, mientras que los problemas sociales característicos del trastorno obsesivo compulsivo proceden de la necesidad que el individuo experimenta de completar sus rituales conductuales prolongados, las dificultades sociales del individuo con el síndrome de Asperger proceden de la existencia de un déficit innato en las áreas de la comprensión social y desarrollo emocional.»

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Página 148.

15 jul 2016

Síndrome de Asperger y trastorno de ansiedad social


«El trastorno de ansiedad o fobia social es (...) otra condición clínica, cuyo solapamiento sintomático puede convertirse en una fuente de errores de diagnóstico. (...) la fobia social se caracteriza por un marcado y persistente miedo a las situaciones en las que la persona debe exponerse al escrutinio de gente desconocida y teme hacer o decir algo que sea humillante o vergonzoso.

El niño con el síndrome de Asperger a menudo manifiesta una gran preocupación y temor ante las situaciones sociales novedosas, pero, a diferencia del niño con la fobia social, también muestra problemas con la interacción social en situaciones conocidas y familiares. Asimismo, y al igual que pasaba con el trastorno afectivo, el niño no tiende a manifestar los síntomas asociados a la fobia social hasta los primeros años de la adolescencia. Esto sin duda contrasta con la manifestación mucho más temprana del trastorno social asociado al síndrome de Asperger. Por último, el niño afectado por el trastorno de ansiedad social no presenta el patrón restringido de intereses obsesivos y conductas repetitivas, típicas del niño con el síndrome de Asperger (...).»

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Página 147.

14 jul 2016

Síndrome de Asperger y trastornos depresivos

Pilar Martin Borreguero (2004) nota que algunos de los signos o síntomas de los trastornos depresivos pueden llevar a confusión con respecto al síndrome de Asperger, por ejemplo, en cuanto al retraimiento, a la falta de interés social, al humor decaído, a la falta de respuestas emocionales o al afecto aplanado.


La autora menciona dos aspectos que diferencian ambas condiciones: el primero tiene que ver con el inicio de las manifestaciones. Menciona que los trastornos depresivos tienden a manifestarse en la adolescencia, a diferencia del síndrome de Asperger, que se manifiesta en la infancia primaria. La segunda tiene que ver con el hecho de que el trastorno depresivo siempre supone un cambio en el comportamiento habitual de la persona.

Aquí cabría recalcar dos cosas: con respecto al primer punto, que los niños sí sufren trastornos depresivos. Los casos de depresión infantil pueden darse especialmente desde los 4 o 5 años, y esto se debe a cuestiones evolutivas. De todas formas, sí es indudable que el síndrome de Asperger se tiende a manifestar antes, en edades en las que sería extraño encontrar manifestaciones típicas de algún trastorno depresivo.

Con respecto al segundo punto, el cambio en el comportamiento de la persona afectada por la depresión supone que la condición clínica no sea crónica. Hay personas que padecen trastornos depresivos hasta donde llega su memoria, es decir, desde muy temprano. Existe la hipótesis de que algunos trastornos depresivos estarían arraigados en condiciones neurológicas de nacimiento, de tal forma que aquí no habría cambio de comportamiento alguno, ya que el patrón de síntomas o signos depresivos estaría establecido de antemano.

Referencia

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Páginas 146, 147.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

13 jul 2016

Síndrome de Asperger y trastorno de la Tourette


«Aunque es fácil distinguir el trastorno de la Tourette del síndrome de Asperger en función de las diferencias notables en la manifestación de los cuadros sintomáticos, es importante tener en cuenta que la incidencia de este trastorno neurológico en los niños con el síndrome de Asperger es más alta que la esperada. Este hecho tendría implicaciones importantes para el tratamiento clínico.»

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Página 146.

12 jul 2016

Curso del trastorno por déficit de atención e hiperactividad

Pilar Martin Borreguero (2004) sintetiza el curso del TDAH mientras desarrolla el tema del diagnóstico diferencial con el síndrome de Asperger:

«(...) con respecto a la manifestación inicial y expresión del cuadro clínico, el niño hipercinético presenta un temperamento difícil y un nivel de inatención general e impulsividad elevada durante el periodo de la infancia temprana. También muestra un interés activo en el juego con otros niños, aunque a menudo tiene problemas de interacción social. Estas dificultades sociales son secundarias al patrón de inatención y consecuencia de una falta de internalización de las reglas necesarias para la autorregulación de la conducta (...).»


«(...) durante la segunda etapa de la infancia, el niño hipercinético continúa experimentando problemas severos de atención, los cuales tienden a afectar su rendimiento escolar de forma significativa. En el periodo de la adolescencia, la intensidad de los síntomas primarios de inatención disminuye, aunque se produce un incremento en las conductas antisociales. En la etapa adulta, los síntomas primarios tienden a desaparecer y una proporción alta de individuos se integra con éxito en la sociedad. Una minoría continúa experimentando un patrón de inatención e impulsividad excesivas y una incidencia alta de problemas psiquiátricos y conductas antisociales.»

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Página 145.

6 jul 2016

Síndrome de Asperger y TDAH


Pilar Martin Borreguero (2004) recuerda que el síndrome de Asperger y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se presentan frecuentemente asociados. Muchas veces, la falta de atención y la hiperactividad encubren los déficits sociales del síndrome de Asperger. Esto tendría implicaciones importantes en el tratamiento. Aquí el diagnóstico diferencial es tan crítico como la capacidad de los profesionales para darse cuenta de la posibilidad de que ambas condiciones clínicas se estén dando simultáneamente en el paciente.

Referencia

Martín Borreguero, Pilar (2004). El síndrome de Asperger. ¿Excentricidad o discapacidad social? Madrid, España: Alianza Editorial. Páginas 143, 144.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

1 jul 2016

Imágenes desaparecidas

Hola a todos. Anteayer me encontré con que han desaparecido las imágenes que acompañaban a muchas de las entradas. Ahora lo que aparece en vez de ellas es un feo cuadro blanco con un signo de admiración. Creo saber a qué se debe. Me parece que tiene que ver con el traspase del blog. Anteriormente las imágenes se subían a un servicio de almacenamiento de imágenes y desde ahí pasaban a ser mostradas aquí. La eliminación de la cuenta de la anterior administración debe haber eliminado también ese viejo servicio de almacenamiento, lo que debe haber provocado la desaparición de las imágenes enlazadas. Bueno, es lo que me imagino.

Pues nada, iré solucionando poco a poco este problemilla, resubiendo las imágenes entrada por entrada.

Saludos

Diego