Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

25 mar 2014

Psicoanálisis de los sueños 10: pensamientos latentes y deseos inconscientes

«En todos los sueños de adultos intervienen estos dos factores: pensamientos latentes y deseos inconscientes. Según Freud, el sueño es siempre la satisfacción (deformada) alucinatoria de un deseo inconsciente (reprimido), a través de los pensamientos latentes. Uno de estos dos factores es incapaz por sí solo de constituir un sueño; el deseo inconsciente, porque necesita una representación en que manifestarse; los pensamientos latentes, porque necesitan la energía del deseo inconsciente.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 63, 64.

13 mar 2014

Psicoanálisis de los sueños 9: el deseo inconsciente

«Hay además otro factor que interviene  regularmente en la génesis de los sueños: un deseo inconsciente (o varios). Suele tratarse de un deseo reprimido, poco moral y de tipo infantil. Para manifestarse en el sueño, el deseo inconsciente necesita apoyarse en los pensamientos latentes, a los que a su vez suministra la energía necesaria para poder constituir el sueño.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 63.

11 mar 2014

Psicoanálisis de los sueños 8: lo reciente y lo infantil

«Es fácil de comprender que el contenido manifiesto del sueño elija algo reciente e indiferente para representar pensamientos latentes importantes, que han sido rechazados por la censura. Lo reciente importante tiene demasiadas conexiones psíquicas que precisan su forma, para que pueda servir para representar otros pensamientos asimismo importantes. En cambio, lo reciente indiferente puede recibir fácilmente conexiones psíquicas, que lo modifican y unen su significado a lo importante reprimido.

El sueño prefiere lo reciente. Lo opuesto a lo reciente es lo infantil. Pues bien, el sueño también tiene predilección por lo infantil.  Lo demuestra el análisis de los sueños, en los que se encuentran  con  suma frecuencia pensamientos relacionados con sucesos infantiles, muchas veces conscientemente olvidados. Pero hay una diferencia en la forma de presentarse lo reciente y lo infantil en los sueños. Lo reciente busca el contenido manifiesto, y en cambio lo infantil existe en los pensamientos latentes, y solamente gracias a una alusión suele hallarse representado en el contenido manifiesto. Es tan grande la importancia de lo infantil en el sueño, que Freud aventura la hipótesis de que todo sueño descansa sobre dos bases distintas, una de ellas situada en lo presente y la otra en lo infantil.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 63.

10 mar 2014

Psicoanálisis de los sueños 7: pensamientos latentes, censura y contenido manifiesto

«La mayoría de los sueños de adultos son incomprensibles para el sujeto. Aún más. Estudiando la interpretación que el sujeto otorga al sueño, que cree haber comprendido, se suele ver que esta interpretación es errónea. Pero la sensación de extrañeza que el sueño produce se debe sólo en parte a la falta de comprensión. También sólo en parte intervienen en este fenómeno la condensación, el desplazamiento y el simbolismo. La sensación de extrañeza proviene, sobre todo, de que los pensamientos latentes que originan el sueño son pensamientos que el sujeto no quiere confesarse. El sueño es generalmente un enmascaramiento de pensamientos latentes que el yo no quisiera ver.

Ciertos pensamientos latentes y capaces de originar un sueño pasan al contenido manifiesto y otros no. Podemos suponer que existe una fuerza psíquica, situada entre los pensamientos latentes y el contenido manifiesto, que tiene por objeto hacer una selección. Para designarla, el psicoanálisis emplea el nombre de censura, por su analogía con la censura que se realiza en la redacción de los periódicos en los tiempos difíciles de una nación. La censura del sueño solamente permite el paso a los pensamientos que llenen una serie de condiciones que hacen que el yo los acepte.

Los pensamientos rechazados intentan abrirse paso nuevamente enmascarándose, y lo consiguen. Para ello emplean los procesos descritos del desplazamiento y la simbolización. Este mismo enmascaramiento de pensamientos, que provienen de la vida instintiva, interviene también en el origen de las neurosis. De ahí que la génesis del sueño muestre grandes analogías con la génesis de los síntomas neuróticos (...).

La condición que los pensamientos latentes deben reunir para pasar al contenido manifiesto es no ser inmorales. No ser inmorales en relación con la moral propia del sujeto, con su superyó inconsciente. Hay pensamientos inmorales desde el punto de vista colectivo y que un sujeto se tolera con perfecta tranquilidad, y otros pensamientos que, desde el punto de vista social, son inocentes y que en el sujeto despiertan intensos remordimientos (...). Al interpretar los sueños se debe procurar descubrir cuál es la moral especial del soñante (...), procurar descubrir la forma propia del superyó del sujeto, viendo cuáles son los pensamientos rechazados por la censura del sueño. Dicha censura del sueño es una manifestación del superyó.

La transformación en imágenes, la condensación, el desplazamiento, el simbolismo y la elaboración secundaria son las transformaciones que sufren los pensamientos latentes al convertirse en el sueño propiamente dicho (...).»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 61, 62.

8 mar 2014

Psicoanálisis de los sueños 6: elaboración secundaria

«¿Qué otras transformaciones intervienen en la formación del contenido onírico manifiesto? Además de la representación plástica, la condensación, el desplazamiento y la simbolización, ¿existe algún otro proceso en la elaboración del sueño? Sí; el que se conoce con el nombre de elaboración secundaria, cuya función es perfeccionar el sueño desde el punto de vista de la consciencia. En términos corrientes, se puede decir que la elaboración secundaria da los últimos retoques al sueño, para hacerlo más preciso y más comprensible en su aspecto exterior.


La elaboración secundaria es análoga a una función que interviene en nuestras percepciones, cuando se convierten en representaciones. Supóngase, por ejemplo, que tenemos ante nuestros ojos la figura geométrica llamada cubo. En una percepción corriente de este cuerpo solamente se ven tres de sus caras. Sin embargo, por su disposición deducimos que deben existir tres caras más; nos figuramos estas tres caras ocultas, que reunidas con las anteriores nos dan la representación de un cubo. Nos figuramos, pues, algo que no vemos y ello mediante una elaboración secundaria que sintetiza nuestras percepciones con ayuda de recuerdos de percepciones anteriores. La elaboración secundaria interviene también en la visión del movimiento en el cinematógrafo, cuando, al observar imágenes sucesivas de un cuerpo en diferentes posiciones, suponemos que se ha desplazado de una posición a otra.

La elaboración secundaria es, a veces, causa de error en la percepción. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando dejamos de percibir un error de imprenta en la lectura de un libro. Este error de imprenta alteraría el conjunto armónico de nuestra lectura y por eso lo eliminamos sin darnos cuenta (...).

En el sueño, la elaboración secundaria procura formar un contenido manifiesto armónico y sin contradicciones (...).»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 59, 60.

3 mar 2014

Psicoanálisis de los sueños 5: dándole significado a los sueños


«Si el número de símbolos es muy grande, en cambio no lo es el número de ideas que tienen una traducción simbólica en los sueños. Las ideas simbolizadas se refieren sobre todo a la genitalidad, y después al nacimiento, a la muerte, al propio yo y a los parientes más próximos (...).

Emperadores, reyes, jefes militares o políticos, gobernantes, maestros, patrones y, en general, personas dotadas de autoridad, simbolizan a los padres. Condiscípulos, compañeros de trabajo, de asociaciones profesionales o deportivas, en general, personas que realizan una actividad análoga a la del soñante, representan a los hermanos. Estos hermanos aparecen también simbolizados por insectos, (...) gusanos, chinches, pulgas. Casas representan a personas; así, una casa con balcones salientes simboliza a una mujer; casas con muros lisos, a hombres. También paisajes representan, según su configuración, el cuerpo humano, masculino o femenino.

El nacimiento sueñe hallarse simbolizado poniendo al individuo en relación con el agua, ya sea introduciéndole en el agua, o sacándole y salvándole de ahogarse. La muerte, por irse de viaje.

Objetos alargados como el lápiz, el cigarrillo, el bastón, el paraguas, el esquí, los árboles, o bien objetos que poseen la capacidad de horadar o de causar heridas, como el puñal, el cuchillo, el sable, la lanza (...), la aguja, el asta de un toro, el escarbadientes, la lima, las armas de fuego; objetos capaces de penetrar en un agujero, como la llave; objetos que arrojan algo, como la manguera de riego, el grifo de una fuente, el surtidor, el fuelle (...); objetos capaces de elevarse o de aumentar de tamaño, como el globo, el dirigible, el aeroplano, la corneta, simbolizan los órganos genitales masculinos. Otras simbolizaciones de los órganos genitales masculinos son, entre los vestidos, el sombrero, el abrigo y la capa, entre los animales, las aves, los peces, los reptiles y sobre todo la serpiente; entre o órganos humanos, el ojo y el diente; también la cabeza (...), el brazo (...), la mano, el pie; entre los números, el número 3. Los testículos son simbolizados por frutas; a través de similitud de palabras, como cajones (...); el semen por sangre, polvo (...) o algo valioso, como billetes (...).

Objetos capaces de contener algo o de albergar a alguien, como barcos (...), armarios, cofres, arcas, cajones, cajitas, portamonedas, bolsos, carteras, fosas, cavernas, cuevas, minas, pozos o aljibes (...), botellas, vasos, palanganas, estufas, hornos, simbolizan los genitales femeninos. La habitación es un símbolo del vientre femenino (...), aunque puede tener otro significado. Simbolizan también a los genitales femeninos la tierra, la madera, el papel, la mesa, el libro, la flor. Otro símbolo femenino son las frutas. Además, entre lo órganos del cuerpo humano, la boca y la oreja; entre los vestidos, la bota, el zapato y la zapatilla; entre los animales, los caracoles y los mariscos bivalvos; entre los números, el número 2. La vulva y la vagina suelen aparecer simbolizadas mediante una hendidura, un rombo, un óvalo, la entrada de una gruta, una iglesia o una capilla, un portal, una puerta o una ventana. Los pechos, mediante frutas redondeadas, como la manzana, el durazno, mientras que la banana es un símbolo masculino. El monte de Venus, mediante un bosque, un jardín o una baranda (...). El hermano menor o el niño pequeño representan los órganos genitales, tanto masculinos como femeninos. En general, por lo demás, todos los símbolos pueden tener significados tanto masculinos y femeninos.

El volar o subir significa la erección; asimismo, el bajar, relacionado con el hecho de situar "abajo" los órganos genitales (...). La caída, el sufrir un atropello o el dar traspiés simboliza en la mujer la entrega a un hombre. El fuego significa la excitación genital lo mismo que el color rojo (...) y la presencia de animales y hombres salvajes, de seres mitológicos o de personas locas o enfermas. En cuanto al coito, se simboliza mediante movimientos rítmicos como el subir o bajar una escalera o deshollinar una chimenea, bailar, caracolear (...) o andar a caballo; también por comer, fumar, o tocar un instrumento de música. En general, cualquier actividad puede simbolizar la actividad genital: embarcarse (...), ir en auto, recorrer calles, agarrar, entrar, punzar (...), pasear, casarse, ir al teatro, telefonear.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 57-59.

Nota: los resaltados son nuestros.