Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

30 dic 2016

La necesidad de interpretar la envidia

Independientemente de las controversias, es importante detectar e interpretar la envidia en la relación transferencial. Se busca que el paciente se haga cargo del hecho de que sus impulsos no dependen de lo externo, sino de su intolerancia a recibir algo bueno que el otro tiene y le puede dar. El paciente debería aceptar que sus conflictos no solo dependen de la conducta de los demás, sino de sus propios comportamientos.

La envidia puede ser elaborada y mitigada si ha habido una adecuada introyección del objeto bueno. De todas formas, esta teoría plantea una limitación a las posibilidades de éxito del análisis, más aun si se toma en cuenta que estos impulsos también atacan al objeto total de la posición depresiva, lo que explicaría las dificultades que surgen a veces en la terminación.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 129, 130.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

20 dic 2016

Imágenes recuperadas

Hola a todos. Bueno, me demoré 4 o 5 meses en terminar, pero al fin lo hice. Todas las imágenes que graciosamente desaparecieron, finalmente están de nuevo en línea. En realidad conforme lo iba haciendo me di cuenta de que había desaparecido casi todo. Lo bueno es que ya todo ya está recuperado.

Saludos a los lectores y visitantes =)

Diego

La envidia en la posición esquizoparanoide

La envidia ataca al objeto ideal, alterando el proceso de disociación normal de la posición esquizoparanoide, produciendo una confusión entre lo bueno y lo malo. Al no poder darse con éxito la disociación entre el objeto ideal y el objeto persecutorio, se imposibilita la introyección del objeto bueno, que es la base para la estabilidad psíquica. De esta manera se establece un círculo vicioso: la envidia impide una introyección adecuada, impidiendo con ello el goce y la creatividad, y esto, a su vez, aumenta la envidia. Este circuito constituiría una base para futuros trastornos psicóticos.

La envidia también puede acentuar la disociación entre el objeto idealizado y el objeto persecutorio, impidiendo su posterior integración y, con ello, el acceso a la posición depresiva.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 128, 129.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

18 dic 2016

La envidia, los celos y la voracidad


La envidia, los celos y la voracidad son impulsos que interfieren en la introyección del objeto bueno, pero es necesario diferenciarlos.

La envidia es un sentimiento de odio contra otro que posee una cualidad deseada. Se relaciona con objetos parciales y, cuando se vincula con un objeto total, perturba la elaboración de la posición depresiva.

Los celos, en cambio, se relacionan con objetos totales y en el contexto de relaciones triangulares, en las que se desea poseer al objeto amado y eliminar al rival.

Por su parte, la voracidad desea extraer todo lo bueno del objeto, es insaciable y exige más de lo que el otro puede o quiere dar. Sin embargo, su objetivo no es destruir, como sí lo es en el caso de la envidia.

La envidia, a diferencia de los otros dos impulsos, arruina las capacidades y bondades del objeto y destruye así el origen mismo de la creatividad y de la bondad.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 128.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

17 dic 2016

La envidia

Según Melanie Klein, la envidia es un impulso endógeno agresivo que el bebé siente desde el comienzo de la vida y está dirigido contra el pecho de la madre, con deseos de dañar sus aspectos buenos y protectores. Su contraparte es la gratitud, y ambas constituyen dos factores que constantemente interactúan en el psiquismo desde el nacimiento.

A diferencia de la frustración, que depende de una situación externa, la envidia se acentúa con la gratificación. La envidia ataca lo que el otro nos da porque no podemos tolerar que esas capacidades no sean nuestras.

Este concepto está sustentado en fenómenos como el narcisismo, las perversiones, la reacción terapéutica negativa, los tratamientos interminables y algunas situaciones de transferencia negativa. Por ejemplo, el analista ofrece una interpretación que genera alivio y mejoría en el paciente, pero luego este ataca y critica dicha interpretación utilizando elementos secundarios.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 126 - 128.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

16 dic 2016

Defensas maníacas


Las defensas maníacas pueden surgir cuando el yo en posición depresiva sufre de sentimientos agobiantes de culpa y de pérdida. Estas defensas se caracterizan por la negación omnipotente de la realidad psíquica y conforman una tríada: triunfo, control omnipotente y desprecio.

Se considera que estos mecanismos son normales, como un primer paso para enfrentar los sentimientos depresivos. Pero si se da un fracaso en la elaboración de la posición y los objetos no pueden ser reparados, se produce una regresión a la posición esquizoparanoide o se establece un punto de fijación para la enfermedad maníaco depresiva.

Por ejemplo, en el análisis, ante una pausa por vacaciones del analista, el paciente puede restarle importancia al tema o decir que le viene bien para hacer cosas más urgentes o atractivas (triunfo). Mediante la defensa maníaca, el paciente busca negar que la pérdida puede dolerle. Asimismo, si se desvaloriza al objeto duele menos la pérdida y se evita también el dolor narcisista por haber sido dejado.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 125.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

9 dic 2016

La posición depresiva

La posición depresiva constituye un momento clave para el desarrollo normal. Melanie Klein decía que esta se produce entre los 3 y los 6 meses, luego del desarrollo de la posición esquizoparanoide.

Características

La posición depresiva se caracteriza por:

1) Ansiedad depresiva: el yo siente culpa y temor por el daño causado al objeto amado.

2) Relación con un objeto total: se vincula con los aspectos buenos y malos de la madre. Ello implica un aumento de los procesos de integración.

3) Primacía de la reparación como mecanismo de defensa: el yo atiende y se preocupa por el objeto.

En esta configuración cambian los intereses narcisistas que buscaban proteger al yo de las amenazas persecutorias, y se transforman en intereses de cuidado y preservación de sus objetos, en una lucha constante entre los sentimientos de amor y de agresión.

Asimismo, los mecanismos de defensa son menos omnipotentes. Por ejemplo, a través de la reparación, el yo busca devolver la vida y la integridad a sus objetos dañados o perdidos. Se desarrolla tolerancia al dolor psíquico y se siente culpa por las fantasías agresivas. Hay sentimientos de amor y dependencia hacia los padres, a la vez que sentimientos de desamparo y celos por no ser ellos de su total propiedad.

Gracias a los procesos de integración, el vínculo del yo con el exterior es más realista, menos distorsionado, donde se discrimina mejor entre fantasía y realidad, así como entre realidad externa e interna.

Psicopatología relacionada

En lo concerniente a la psicopatología, la posición depresiva sería el punto de fijación para la enfermedad maníaco depresiva.

Esta posición tiene relación con los proceso de duelo. Cada pérdida reactiva la pérdida de la madre de la posición depresiva infantil. Las posibilidades de recuperación y de afrontamiento del duelo dependen de cómo se resolvió la posición depresiva infantil.

Resolución del complejo de Edipo temprano

La capacidad del yo para controlar sus impulsos no es el resultado de la amenaza externa (ansiedad de castración) sino del control y la renuncia derivados de los sentimientos amorosos. De esta manera, la resolución del complejo de Edipo temprano no proviene solo de la censura de los padres, sino del deseo del niño de preservar su unión como pareja.

La posición depresiva como configuración del psiquismo

Es necesario pensar en la posición depresiva no como un estadio de desarrollo, sino como una configuración psíquica que se repite durante la vida frente a situaciones de pérdida y que debe resolverse.

Alternancia con la posición esquizoparanoide

El individuo tiene opciones para hacer frente a cada situación. Su comportamiento dependerá de la prevalencia de su narcisismo (posición esquizoparanoide) o de la preocupación por sus objetos (posición depresiva).

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 122 - 124.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe


Esta entrada se complementa con: La posición esquizoparanoide