Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

31 ago 2016

Desarrollo del superyó según Melanie Klein

Sigmund Freud definió al superyó como una estructura intrapsíquica que se desarrolla al finalizar el complejo de Edipo (hacia los cinco años), y que estaría formada por la internalización de las normas y prohibiciones parentales, especialmente las referidas al deseo sexual del progenitor del sexo opuesto. Es por esto que se considera al superyó como "heredero" del complejo de Edipo.


Ahora bien, la observación de los sentimientos de culpa de niños más pequeños (dos años en adelante) llevó a Melanie Klein a proponer la existencia del superyó desde antes de lo indicado por Freud. Este superyó temprano fue descrito por Klein como excesivamente sádico y cruel, dado que se proyectaban en él los impulsos sádicos del niño.

Posteriormente, Klein adelantaría el desarrollo del superyó al primer año de vida. El superyó se formaría en las primeras identificaciones del niño con el objeto materno, que sería introyectado canibalísticamente. Recordemos que hacia los 6 meses el niño pasa por una fase de sadismo máximo, que coincide con la dentición y el destete.

De esta forma, Klein afirmaba que el superyó no se formaba al final del complejo de Edipo, sino al inicio del mismo. Así, serían las características del superyó las que determinarían el desenlace edípico y no al revés, como pensaba Freud.

En 1935, Klein separa definitivamente el desarrollo del superyó del complejo de Edipo y postula que su origen estaría en el comienzo de la vida del individuo, formado por la introyección de dos objetos opuestos, uno protector y benevolente (objeto parcial idealizado) y otro punitivo (objeto parcial persecutorio).

Esta nueva propuesta está conceptualmente incluida en el contexto de la teoría de las posiciones y, por tanto, su desarrollo e integración va a depender de lo que suceda con la posición depresiva. De esta manera, el objeto parcial idealizado se constituirá en el núcleo de lo que más adelante será el ideal del yo, y este, a su vez, se construye en la posición depresiva.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 105, 106.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

30 ago 2016

Figura combinada de los padres

«El niño fantasea que sus padres están unidos en una forma permanente e inacabable, compartiendo satisfacciones orales, anales y genitales. Los celos y la envidia producen deseos de atacar el cuerpo de la madre con el pene del padre adentro, se forman por proyección imágenes persecutorias que producen gran ansiedad. Klein las descubrió tanto en el juego infantil como en las pesadillas y terrores nocturnos. La fantasía de la madre fálica (mujer con pene) es para ella una versión de esta figura parental combinada.»

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 104.

19 ago 2016

Diferencias entre Melanie Klein y Sigmund Freud respecto de la sexualidad femenina


Melanie Klein consideraba que desde muy temprano hay un conocimiento inconsciente acerca de la diferencia de sexos. Por ejemplo, las niñas tienen sensaciones vaginales (no solo clitoridianas) y, tanto las niñas como los niños, poseen fantasías del coito entre los padres, incluyendo la función receptiva y de penetración de la vagina y del pene, respectivamente.

Esta concepción kleiniana es completamente diferente a la de Sigmund Freud, que creía que las niñas y los niños renegaban de la diferencia entre los sexos como una manera de eludir la angustia de castración. Para Klein, en cambio, ya en la fase oral, los niños y niñas, dirigen sus deseos sexuales hacia sus padres (complejo de Edipo temprano).

También Klein se distancia de Freud en cuanto a lo concerniente a la envidia del pene. Para Freud, la niña se ve castrada, siente envidia del pene y se decepciona de su madre por no habérselo dado. Esto hace que ella busque el pene del padre como sustituto, inaugurando así su complejo de Edipo.

En cambio, para Klein, la niña tiene deseos genitales tempranos que la llevan a querer internalizar el pene y recibir los bebés del padre. Esto precede al deseo de poseer el pene. Hay una búsqueda específicamente femenina, de tal forma que la envidia del pene sería secundaria a la ansiedad generada por sus órganos femeninos.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 100, 101.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

18 ago 2016

Búsqueda de objetos externos

«En su artículo "La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo" (1930), Klein considera que es la ansiedad persecutoria con el cuerpo de la madre y su interior, por haberlo destruido con fantasías sádicas, lo que lleva al yo a buscar nuevos objetos en el exterior para calmar la ansiedad. Estos objetos a los que el niño desplaza su interés, toman para él un significado simbólico del cuerpo materno. Son las bases primitivas de la formación de símbolos y de las relaciones con el mundo externo y la realidad.»

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 103.

17 ago 2016

La fase femenina


«Los impulsos agresivos -pregenitales- se expresan, desde el comienzo de la vida, a través de fantasías inconcientes que están dirigidas hacia el cuerpo de la madre. Este es un primer espacio que puede ser diferenciado en forma primitiva por el bebé y representa para él el mundo externo. El niño tiene deseos de penetrar en dicho cuerpo y atacarlo sádicamente. En la fantasía infantil sus contenidos son destruidos originando la ansiedad más profunda tanto para la niña como para el varón. Klein designa con el nombre de fase femenina esta etapa, por la que atraviesan en su desarrollo todos los bebés. Tanto la ansiedad de castración en el varón como la amenaza de pérdida de amor en la mujer son derivados secundarios de la ansiedad persecutoria proveniente de la fase femenina. Cambia, por lo tanto, la idea de Freud de que el conflicto edípico (tardío) y la ansiedad de castración son el complejo modular de las neurosis. Al suponer Klein que en la fase femenina la curiosidad sexual está mezclada con el sadismo como contenido primario, varía la concepción freudiana de que la curiosidad está movida principalmente por los deseos libidinales y el principio del placer. El niño quisiera penetrar en el cuerpo materno para ver sus contenidos (imagina que hay heces, bebés y penes) y a la vez quiere apropiarse de ellos, robarlos y destruirlos. Estos impulsos están motivados tanto por el deseo de conocer (impulso epistemofílico) como por los celos destructivos, y son al mismo tiempo la expresión directa de pulsiones agresivas hacia la escena primaria parental. Más adelante en el pensamiento kleiniano, estas ideas se fundamentarán en la envidia primaria. La consecuencia de dichas fantasías será, si se proyecta al exterior, una angustia persecutoria intensa como amenaza de destrucción física, emocional y sexual. Proviene también del temor de ser castigado en forma retaliativa por sus impulsos sádicos. El nombre de fase femenina alude a que Klein considera que se produce una identificación con el cuerpo femenino atacado, tanto en la niña como en el varón. Es el primer paso que lleva al desarrollo de un complejo de Edipo directo e invertido en ambos sexos. La mayor o menor ansiedad persecutoria de esta etapa define que el desarrollo posterior sea normal o patológico.»

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 102, 103.

16 ago 2016

Las fases libidinales según Melanie Klein y su reemplazo por el concepto de posición

«Melanie Klein, interesada en estudiar los períodos preedípicos del desarrollo mental, cambia bien pronto el concepto de fases libidinales al afirmar que en los niños pequeños observa una mezcla de pulsiones orales, anales y genitales que se superponen desde las primeras relaciones de objeto. Se aleja así de la idea de fase libidinal como unidad de desarrollo en un sentido cronológico y la reemplaza tiempo después por la idea de posición como un concepto más dinámico y menos aferrado a la biología.»

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 102.

15 ago 2016

La agresión en el desarrollo temprano


«[Melanie Klein] centró su interés en investigar los períodos preverbales del desarrollo, a los que atribuyó gran riqueza de fantasías inconcientes. Klein toma primero de su maestro Abraham el concepto de fase de sadismo máximo y supone que ocurre a los seis meses de edad, vinculada con la dentición y el destete. Luego traslada la agresión a períodos aún más tempranos de la vida, pero la independiza de los procesos biológicos y la adscribe al campo estricto de la fantasía inconciente. Vale decir que busca explicaciones en un nivel exclusivamente psicológico.»

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Página 101.

9 ago 2016

Dos diferencias entre las ideas de Anna Freud y Melanie Klein


Anna Freud pensaba que los niños no hacían neurosis de transferencia con sus terapeutas, dado que esta se tendría que dar con los padres reales. Por eso ella proponía que la función de la relación con el terapeuta era la de reforzar los aspectos positivos del vínculo con los padres, a través de la educación y la orientación. Por el contrario, Melanie Klein sí creía que los niños hacían neurosis de transferencia con sus terapeutas.

Ambas autoras también pensaban diametralmente distinto en cuanto a la estructura psicológica de los niños. Melanie Klein postulaba la existencia de un superyó temprano (desde los dos o tres años), caracterizado por su sadismo. Por tanto, el tratamiento tenía como función, en parte, reducir esa crueldad. Anna Freud, por el contrario, consideraba necesario reforzar al, según ella, débil superyó infantil.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 100, 101.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

8 ago 2016

Panorama general de la obra de Melanie Klein

La producción de Melanie Klein puede dividirse en tres etapas:

- Primera etapa (1919 - 1932): inicia la técnica del juego para el análisis de niños; resalta la importancia de la agresión en el desarrollo; y plantea las hipótesis de la transferencia en el análisis de niños, del complejo de Edipo temprano y del superyó precoz.

- Segunda etapa (1932 - 1946): formula la teoría de las posiciones; describe a la mente como un espacio poblado de objetos internos en interacción con objetos externos, a través de los mecanismos de proyección e introyección; investiga acerca de la identificación proyectiva; trabaja con pacientes psicóticos y fronterizos; y modula la importancia de la agresión proponiendo una lucha pulsional entre sentimientos de amor y odio.

- Tercera etapa (1946 - 1960): refuerza el aspecto constitucionalista de su teoría, centrándose en el concepto de envidia primaria.

Referencia

Bleichmar, Norberto y Leiberman, Celia (1997). El psicoanálisis después de Freud. México D.F., México: Paidos. Páginas 98, 99.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe