Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

27 abr 2016

Anuncio importante: a partir de la fecha Teoría y Técnica será un blog personal

La Asociación de Psicoterapia para Lima Norte, institución de la que este blog formó parte desde su creación, ha concluido por fin su trabajo y dejará de estar activa en las próximas semanas.

Ahora bien, al suspenderse las actividades de la asociación, tanto este blog como Rumbo Norte han pasado básicamente a pertenecerme, de tal forma que queda en mí la decisión de si elimino estas publicaciones o las mantengo en línea.

Después de pensarlo un poco, he optado por no eliminar Teoría y Técnica, y tampoco quisiera dejarlo como un recuerdo desactualizado de lo que alguna vez fuera la Asociación de Psicoterapia para Lima Norte, sino que quiero que sea un blog activo.

Para que Teoría y Técnica ingrese a esta nueva etapa son necesarios algunos cambios. La presentación escrita del blog ha cambiado, las referencias a la Asociación de Psicoterapia para Lima Norte en la presentación general del blog han sido eliminadas y serán reemplazadas en los días subsiguientes, y finalmente, la administración y todo el manejo del contenido pasará a estar bajo mi manejo personal. También iré implementando algunos cambios menores en los días que vienen.

Saludos a todos los lectores y visitantes, y espero que sigamos acompañándonos en esta nueva etapa.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

22 abr 2016

El fracaso y el éxito del yo


«La existencia de los síntomas neuróticos es ya en sí misma una prueba de que el yo es subyugado. Todo retorno de lo reprimido que conduce a una formación de compromiso significa una falla de la función defensiva, un fracaso del yo. El yo triunfa cuando sus funciones defensivas cumplen su propósito; cuando con su ayuda logra limitar el desenvolvimiento de la angustia y del displacer y asegurar al individuo -inclusive en circunstancias difíciles- alguna satisfacción por medio de las transformaciones instintivas necesarias; por tanto, cuando, en la medida de lo posible, logra establecer una armonía entre el ello, el superyó y las fuerzas del mundo externo.»

Freud, Anna (s.f.). El yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Página 193.

20 abr 2016

La combinación del yo y del ello para la producción de los mecanismos de defensa

«En qué medida seguirá el yo en la defensa instintiva sus propias leyes, y en qué magnitud se dejará determinar por el carácter del propio instinto, es un problema que acaso nos será más fácilmente comprensible si lo comparamos con un proceso de naturaleza análoga: la deformación onírica. La transformación de los pensamientos latentes del sueño en sueño manifiesto cúmplese a exigencias de la censura que reemplaza al yo en el sueño. Sin embargo, el trabajo del sueño en sí mismo no es ejecutado por el yo. La capacidad de condensación, desplazamiento, así como el uso de los diversos y extraños medios de representación onírica, son propiedades del ello, que son utilizadas con el simple propósito de la deformación. De la misma manera, los métodos de defensa tampoco son puras producciones del yo. En tanto éstos influyen en el proceso instintivo sírvese también de las propiedades del instinto. El designio del yo de alejar el objeto instintivo de lo verdaderamente sexual a fin de dirigirlo a un objeto socialmente estimado como más valioso puede ejecutarse, por ejemplo, empleando meramente el desplazamiento de los procesos instintivos , o un mecanismo de sublimación. Al asegurar la represión mediante la formación reactiva el yo se vale de la capacidad del instinto para la conversión en lo contrario. Cabe conjeturar que la solidez de un proceso defensivo que cuente con este doble apoyo depende, por un lado, del yo, y por el otro, de la naturaleza del proceso instintivo.»

Freud, Anna (s.f.).
El yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Página 192.

15 abr 2016

Lo común entre la adolescencia y la enfermedad mental

 
«La base de confrontación entre los fenómenos puberales y los iniciales de los accesos psicóticos es -como hemos visto- el efecto de los cambios cuantitativos en la carga instintiva. En ambas actuaciones el incremento de la carga libidinal del ello, de una parte acrecienta el peligro instintivo y, de otra, los esfuerzos del yo orientados a defenderse por todos los medios posibles. En virtud de estos procesos cuantitativos, todo el período de la vida humana en el que se produce un aumento de libido, puede constituirse en el punto de partida de una enfermedad neurótica y psicótica, tal como siempre ha sostenido el psicoanálisis.»

Freud, Anna (s.f.). El yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Página 188.

12 abr 2016

La necesidad de asimilación del adolescente



«El aislamiento y el alejamiento de los objetos amorosos sólo constituye una de las tantas tendencias en juego en las relaciones del adolescente con el objeto. En lugar de las fijaciones reprimidas a los objetos infantiles, surgen nuevas fijaciones de amor. A veces, el individuo se enamora de jóvenes de su misma edad, en cuyo caso la relación adquiere la forma de una amistad apasionada o de un total enamoramiento; otras, el afecto apunta a una persona de más edad, que adopta el carácter de guía y la real significación de un sustituto de los objetos parentales abandonados. Estas relaciones amorosas son apasionadas y exclusivas, pero breves. Las personas elegidas como objetos serán luego dejadas de lado y sustituídas por otras, sin consideración alguna. Los objetos abandonados se olvidarán rápida y completamente, pero el tipo de relación mantenida con ellos consérvase hasta en el más mínimo detalle, que generalmente se repite en el nuevo objeto, de una manera obsesivamente fiel.

Aparte de esta extraordinaria deslealtad para con el objeto de amor, en las relaciones objetales durante la pubertad observamos otra particularidad: el adolescente no desea tanto la posesión del objeto en el sentido corporal u ordinario del término. Su fin parece ser la mayor asimilación posible de la persona amada en ese momento.

La observación diaria nos demuestra la capacidad de la transformación del adolescente. En su manera de escribir, de hablar, de peinarse, de vestirse; en toda suerte de hábitos adáptase mucho más fácilmente en esta época que en cualquier otra de su vida. Una simple mirada sobre un adolescente a menudo descubre al amigo mayor admirado por él. Pero su capacidad de transformación va más lejos aún. Su filosofía de la vida, sus ideas religiosas y políticas cambian con el modelo, pese a lo cual muéstrase firme y apasionadamente persuadido de la consistencia de sus opiniones voluntariamente adoptadas.

(...) Son identificaciones de la especie más primitiva, tal como observamos durante las etapas precoces del desarrollo infantil, antes de que exista ningún objeto de amor. Así, la característica inconstancia de la pubertad no significa cambio interior alguno en el amor o en las convicciones del individuo, sino más bien una pérdida de su personalidad condicionada por el cambio en las identificaciones.»

Freud, Anna (s.f.).
El yo y los mecanismos de defensa. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Páginas 183 - 186.