Teoría y Técnica

Teoría y Técnica

20 mar 2015

Psicoanálisis de los sueños 39: señales posibles ante una interpretación certera (más allá de la simple afirmación)

«Una respuesta afirmativa del [paciente] frente a la interpretación del médico tiene valor positivo prácticamente seguro si va acompañada de nuevos recuerdos, por ejemplo, recuerdos infantiles o de un trozo de sueño olvidado que confirma o completa la interpretación dada. Hay también formas indirectas que confirman la certeza de una interpretación, como, por ejemplo, un acto fallido del [paciente] o bien un empeoramiento de su estado psíquico que, por lo menos, indica que se ha acertado con un punto sensible de su psiquismo.»


Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 166.

17 mar 2015

Psicoanálisis de los sueños 38: sueños de interpretación fácil, sueños de complacencia y sueños de oposición

«Desconfíese de las interpretaciones de sueños que el [paciente] suministra con mucha facilidad y asimismo de las interpretaciones que señalan la existencia de una escasa deformación en el sueño. Generalmente estas interpretaciones son superficiales, si no erróneas, e indican que el sueño tiene otro significado oculto que el [paciente] inconscientemente quiere encubrir. También el médico debe aplicarse esta regla práctica a sí mismo y debe desconfiar de interpretaciones que ha encontrado sin esfuerzo.

Hay sueños que el [paciente], impulsado por su transferencia, elabora con propósitos inconscientes determinados. Un tipo de ellos son los llamados sueños de complacencia. Se trata de sueños en los que el [paciente] da la razón al médico. Un ejemplo: el médico ha interpretado en las últimas sesiones psicoanalíticas ciertos actos como homosexuales, y algún día después el [paciente] tiene un sueño con un contenido homosexual manifiesto. Estos sueños hay que interpretarlos en relación con la transferencia y conceder escaso valor psicológico a lo que en ellos se manifiesta. Otros sueños, por el contrario, pretenden negar lo que el médico afirma. Son también sueños que niegan las afirmaciones psicoanalíticas. Se les conoce con el nombre de sueños de oposición y su valor psicológico es tan escaso como el de los anteriores.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Páginas 165, 166.

8 mar 2015

Psicoanálisis de los sueños 37: la finalidad del análisis no es analizar sueños

«Se suele seguir la siguiente regla práctica. Si un día [el paciente] narra su sueño, se debe intentar en ese día una interpretación lo más completa posible. Si el sueño ha quedado sin interpretar, al día siguiente no se debe dirigir la atención [del paciente] hacia el sueño, sino que se le deja en libertad de seguir sus pensamientos, tal como estos se presentan, aunque no estén en relación con lo soñado. Solamente se prosigue la interpretación si [el paciente], espontáneamente, vuelve a ocuparse del sueño. Este hecho explica que si bien es verdad que durante el tratamiento psicoanalítico es cuando la interpretación de los sueños se realiza con mayor facilidad, muchas veces es necesario abandonar prematuramente una interpretación. Téngase en cuenta que la finalidad de un psicoanálisis terapéutico no es analizar sueños (...).

Una vez que el médico ha encontrado a interpretación de un sueño, no siempre resulta conveniente comunicársela al [paciente]. Hay que ajustarse al estado psíquico de este último.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 165.

2 mar 2015

Nota acerca de las entradas de "Psicoanálisis de los Sueños": "el enfermo"

Cada vez nos acercamos más al final de nuestro recuento de ideas de Ángel Garma en su obra "Psicoanálisis de los sueños". Llegados a este punto, hemos visto que hay una expresión utilizada mucho por este autor: "el enfermo".

Cuando Ángel Garma habla de "el enfermo", se refiere al "paciente" (o al "cliente", dirían otros colegas). Recordemos que se trata de un libro cuya primera edición data de 1940. En esa época, gran parte de los psicoanalistas eran psiquiatras. El psicoanálisis estaba aún muy vinculado a la medicina y los autores hablaban mucho de las afecciones tildándolas de "enfermedades", como lo haría un médico moderno.

Cuando Garma dice "el enfermo", no quiere decir "el loco" o "el enfermo mental" (en la acepción de nuestros días), no, Garma hablaba así porque, efectivamente, hablaba como médico. Recordemos que los psicoanalistas mismos, desde los tiempos de Sigmund Freud, se sometían a psicoanálisis, de tal forma que se estarían tildando de "enfermos" ellos mismos. Esto no tenía nada de particular, del mismo modo que ahora no tiene nada de particular decir "estoy enfermo" cuando se está agripado.

Pero resulta que esta expresión ("el enfermo") nos resulta chocante. Hay que contextualizarla demasiado para no caer en el error de considerar al psicoanálisis como un tratamiento para "locos"; y, en virtud, de que en este blog, no nos interesa tanto la rigurosidad formal como la claridad de las ideas, hemos querido tomarnos la libertad de eliminar esta acepción arcaica.

Progresivamente, a partir de hoy, las entradas referidas a esta obra de Ángel Garma van a omitir la expresión "el enfermo". En su lugar, colocaremos [el paciente], así, entre corchetes, para dejar en claro que en ese lugar originalmente iba la expresión mencionada.

Psicoanálisis de los sueños 36: los sueños no son imprescindibles en el tratamiento psicoanalítico


«Todo esto nos indica que el médico debe despreocuparse si [el paciente] le comunica que no tiene sueños o que estos se le olvidan al acudir al tratamiento. Lo que en estos casos se debe hacer es considerar dicha conducta como si fuese un síntoma neurótico e intentar analizarla, para comprender por qué [el paciente] reacciona así. El sueño, lo mismo que los pensamientos reprimidos durante el día y que se hacen más patentes durante la noche, asustan muchas veces al [paciente] neurótico y ése puede ser un motivo del olvido. Otras veces es distinta la motivación. En todos los casos hay que llegar a saber lo que significa la conducta del [paciente].

Aun sin sueños, el tratamiento psicoanalítico puede tener un curso normal y sin retrasos. Téngase en cuenta que no es la interpretación de los sueños el único procedimiento de que se vale el psicoanalista para conocer las represiones del [paciente] y la génesis de la neurosis. Actos fallidos, acciones sintomáticas, transferencia afectiva, fantasías diurnas y, lo más importante de todo, la asociación libre de las ideas, son otras tantas posibilidades de profundizar en el estudio del inconsciente.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 164.