Teoría y Técnica

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24 jul 2014

Psicoanálisis de los sueños 16: la situación traumática origina los sueños

Esta entrada va a ser un poco diferente. Vamos a sintetizar una teoría que da Ángel Garma en la obra que venimos citando. Esta teoría requiere algunas citas textuales y cierto ordenamiento. No basta una corta cita textual para que quede clara.

En esta teoría, Garma afirma que los sueños (todos ellos) son originados por una situación traumática. De esta forma complementa la teoría explicativa clásica del psicoanálisis que afirma que los sueños son formas alucinatorias de satisfacer deseos.

«En mi opinión, la situación traumática interviene no solamente en los sueños de las neurosis traumáticas y en los sueños que reproducen ciertas situaciones traumáticas infantiles, sino también en todos los sueños. Creo que la existencia de una situación traumática es un factor importantísimo en la génesis de los sueños, posiblemente el factor más importante de todos.»

Garma, Ángel (1963). Psicoanálisis de los sueños. Paidós, Buenos Aires. Página 112.

Para fundamentar esta teoría, Garma se vale de dos cuestiones (la numeración es nuestra):

1) «Estudiando los sueños de una persona, se observa la gran frecuencia como su contenido es desagradable. La observación fue hecha ya en el año 1891 por Debacker, en sueños de niños, y fue repetida en adultos por S. Weed y F. Haller en el año 1895; según estos últimos autores el 58% de los sueños de adultos son desagradables.

En sí, la observación anterior no es una objeción insalvable a la citada teoría psicoanalítica, ya que sueños desagradables, al ser interpretados, pueden señalar la satisfacción de deseos. La existencia dentro de la personalidad de instintos molestos al yo, la intervención del masoquismo y asimismo la existencia del superyó, pueden explicar la aparente objeción.

Pero la explicación citada deja algún descontento, sin que se sepa por qué. Parece como si, aun conociendo todos estos últimos motivos, no se explicase por completo la frecuencia del carácter desagradable del sueño. Estudiando sueños ajenos y propios e interpretándolos, se tiene la impresión de que el sueño se siente atraído hacia lo desagradable o hacia lo penoso.»

Ibid. Página 113.

2) «Hay otro fenómeno extraño en relación con la teoría de la satisfacción de deseos. Es la frecuencia con que la satisfacción instintiva del sueño es poco intensa. El sueño suele ser cobarde en la realización de la satisfacción.»

Ibid. Página 114.

Garma explica su propuesta de la siguiente forma:

«En el origen de los sueños suele hallarse una situación desagradable para el sujeto, que el sueño intenta corregir. A esta situación se la puede designar con el nombre de situación desagradable, situación angustiosa, situación de conflicto psíquico, situación traumática, o con algún término análogo. Teniendo en cuenta una definición de Freud, me parece que el término más adecuado es el de situación traumática. En efecto, Freud llama vivencia traumática a aquella que ocasiona, en poco tiempo, una intensidad tan grande de excitaciones psíquicas que el sujeto no puede librarse de ellas o elaborarlas de un modo normal corriente. Son éstas las características de la situación desagradable que constituye el origen de los sueños, es decir, la incapacidad del sujeto de librarse de excitaciones demasiado grandes o de elaborarlas de modo normal.»

Ibid. Página 117.

«(...) Por otra parte, el admitir la existencia de una fijación a una situación traumática en los sueños, no invalida la teoría de la satisfacción de deseos. Más bien completa esta teoría, señalando un punto que es necesario tener en cuenta para la interpretación. No solamente no invalida la teoría de la satisfacción de deseos, sino que le da mayor fuerza, por el siguiente motivo. Comparando el contenido latente con el contenido manifiesto del sueño y con la excepción de los sueños de la neurosis traumática, se observa que la situación traumática, que forma la base del contenido latente, es transformada, en el contenido manifiesto, en un (sic) situación agradable o, por lo menos, en una situación menos desagradable o indiferente. Es decir, que en la elaboración del sueño ha habido una clara evolución en el sentido de la satisfacción de un deseo.

La existencia de una situación traumática fundamental explica el porqué de la cobardía del sueño en sus tentativas de satisfacer deseos. El sueño es incapaz de atreverse mucho en el camino de la satisfacción, justamente porque el sujeto está psíquicamente fijado a la situación traumática. Sin esta fijación, la satisfacción de deseos en el sueño sería más intensa.»

Ibid. Páginas 120, 121.

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