Teoría y Técnica

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1 jul 2015

Psicosomática del corazón 4: el dolor y la angustia en la angina


«Cuando [Freud], en 1926, retoma el problema de la angustia, afirma que (...) "contiene" la historia del trauma de nacimiento de la misma manera que el síntoma histérico contiene la historia de un suceso traumático infantil.

La palabra "angustia" tiene en su origen el significado de angostura y opresión, y (...) no ha sido elegida al azar para nominar a ese estado afectivo, sino como un derivado apropiado para arrogarse la representación de una estructura compleja de ideas inconscientes, ligada a un conjunto de vivencias prototípicas de atolladero estrecho y anoxia, arcaicas y heredadas, que se renuevan una y otra vez en el instante magno de cada nacimiento a la vida extrauterina (...). Sin embargo, pensar en la existencia de una realización simbólica, "representativa", inherente a la llamada "conversión directa" de la libido insatisfecha en angustia, no implica desconocer la importancia de la magnitud cuantitativa y energética de esa insatisfacción actual. El significado histórico sólo puede darse en una realidad física actual, pero la actualidad física siempre es una plétora de significado histórico (...).

Fleming (...) decía que "los procesos que engendran la angina de pecho y la angustia son en principio los mismos" y que "toda angustia representa una angina de pecho leve, un acceso ligero" (...). Es curioso que , aunque los términos "angina" y "angustia" derivan de la misma raíz etimológica, el primero sólo se utilice para nominar un fenómeno que se categoriza como somático y el segundo designe a un fenómeno que se interpreta como psíquico.

(...) resulta significativa la distinción que Schwarz (...) realiza, llamando "acceso anginoso auténtico" al que se produce como consecuencia de un espasmo y constituye, en su opinión, una crisis que pone en serio peligro la vida del enfermo. Considera, en cambio, que la angina de esfuerzo no ofrece el mismo riesgo inmediato, en la medida en que su dependencia directa del trabajo corporal permite en cierto modo prever y controlar la aparición del episodio.

Nos parece útil distinguir en la estenocardia tres constelaciones entre las que construyen la sintomatología, las cuales (...) deben corresponder a distintos significados inconscientes.

En primer lugar, el dolor estenocárdico, que nos parece vinculado de una manera más clara y directa con la llamada angina de esfuerzo (aumento de la demanda de oxígeno), encontraría su significado primario en la necesidad de protegerse frente a la realización simbólica de una tarea que, en lugar de ser una respuesta valiente a una ofensa subyacente, constituye el coraje temerario de quien excede sus posibilidades de reacción (...). La claudicación de este esfuerzo podría quedar representada en la insuficiencia cardíaca.

En segundo lugar, la angustia, que durante los accesos (angina) no funcionaría como una leve señal, sino fundamentalmente bajo la forma de "angustia catastrófica" (que reedita el trauma de nacimiento como rotura de un vínculo simbiótico-umbilical), quedaría especialmente relacionada con el componente espasmódico (disminución de la oferta de oxígeno) y aportaría al cuadro de la cardiopatía isquémica su propio significado dramático de estrangulamiento y agonía.

En tercer lugar, la isquemia miocárdica (anoxia), como fenómeno fundamental específico del cuadro que subyace a los otros dos, aportaría el significado esencial constituido por la coartación de un proto-afecto pre-sentido que no puede "nacer" hacia la configuración completa de su clave, por ser considerado una ignominia degradante.»

Chiozza, Luis. "Las cardiopatías isquémicas. Patobiografía de un enfermo de ignominia".

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