Teoría y Técnica

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9 ago 2017

El origen del superyó y la madre internalizada mala


El superyó encuentra su origen en la primera infancia, etapa en la que los procesos de pensamiento no responden a la lógica (o responden menos a la lógica, para ser más precisos) y, además, están relacionados con la alimentación, que es la actividad instintiva fundamental del bebé y, por ende, la que más influencia en su vida psíquica.

En ese mismo sentido, la madre es la figura más importante para el niño. Es ella quien lo alimenta, y lo hace de acuerdo también a sus propios tiempos y necesidades, de tal manera que no siempre lo hace cuando el bebé lo desea. Es así que se inicia el superyó, con la aceptación de las conductas y requerimientos de la madre.

El origen de la madre internalizada mala

Cuando el bebé siente hambre o pasa por contratiempos ligados con la alimentación, la mente del niño no atribuye su sufrimiento al concepto abstracto de "hambre" ("sufro por causa del hambre"), sino que lo liga a la madre ("sufro por causa de mi madre" - por su ausencia, por su demora o por su omisión).

Es en este momento en el que se forma el complejo psíquico denominado "madre internalizada mala". Ángel Garma comenta con respecto a esto, que las brujas y villanas de los cuentos son, en realidad, proyecciones de este complejo, lo que no significa que la madre real sea o haya sido realmente así.

Con el destete, asimismo, suelen llegar trastornos digestivos. El bebé, nuevamente siente que la madre, en vez de alimentarlo con la lecho buena, le da alimentos malos, pesados, que lo dañan internamente.


La ubicuidad de la madre internalizada mala

Garma aclara que, en la medida en que todos los seres humanos pasamos por contratiempos o dificultades en esta área, todos tendríamos que poseer desarrollado este complejo en un nivel inconsciente. La represión del complejo tendría que ver con el hecho de que la madre es un ser indispensable para la vida del niño, frente a la que no pueden primar las tendencias hostiles de forma abierta.

Riesgo de fijaciones orales

Ahora bien, la calidad, gravedad y cantidad de experiencias negativas ligadas a la alimentación, refuerzan el complejo en mayor o menor medida. De llegar a ciertos límites, podrían producirse las llamadas "fijaciones" en la organización instintiva oraldigestiva.

Referencia

Garma, Ángel (1974). Génesis psicosomática y tratamiento de las úlceras gástricas y duodenales. Barcelona, España: Paidos. Páginas 79, 80.


Diego Fernández Castillo
Psicólogo – psicoterapeuta
Colegio de Psicólogos del Perú 19495

diego.fernandezc@pucp.edu.pe

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